Ayna. "La Suiza manchega" |
Bonita excursión de recorrido circular en un paraje
excepcional el realizado el domingo 12 de enero por el GDM Fuensanta a la
localidad albaceteña de Ayna, que en árabe significa “ojos bellos”. Salimos a
las 7:30 de la mañana de la Plaza Mayor de Fuensanta, todavía de noche y con
una espesa niebla que desapareció completamente al llegar a esta localidad
serrana conocida también como “la Suiza manchega”. Allí, nos esperaban otro
grupo de senderistas. En total fuimos 22 procedentes de Fuensanta, Villalgordo
del Júcar, Villamalea, Madrigueras y Albacete. Mañana esplendida de sol, sin
viento y con una temperatura en el que el mercurio fue elevándose durante el recorrido
hasta obligarnos a desprendernos de alguna de las capas de ropa que llevábamos
encima.
La ruta comenzó en la zona recreativa de “La Tiñosa”, junto al río Mundo.
Seguidamente, tras cruzar el puente de “Correras” comenzamos a subir por el “Sendero de los Picarzos” bien marcada, bastante
exigente, hasta salvar un desnivel de 400 metros en sólo tres kilómetros,
rodeados de una fértil vega en la que se cultivan todo tipo de hortalizas y
frutales con un sistema de terrazas y regadíos de origen musulmán. También
había pequeños bancales de olivos y vegetación formada por espartales, tomillos
y pino carrasco. Cruzamos un canal de agua que se dirige a una antigua central
hidráulica en Lietor. Llegamos a una pista forestal donde repusimos fuerzas con
un ansiado almuerzo. A nuestros pies, en la lontananza, disfrutamos con una
bonita panorámica de Ayna.
Panoramica de Sisco Andreu. |
Aves forestales como el carbonero común nos acompañó
con su característico canto durante gran parte del recorrido.
También vimos sobrevolando el valle a dos cormoranes.
Con energías renovadas llegamos rápidamente al “Mirador de los infiernos”, balcón
volado sobre el río Mundo desde el que se divisa una estupenda panorámica de la
aldea de Royo Odrea y las peñas “del Prao”
y “el Pico”.
A continuación, el camino desciende vertiginosamente entre una vegetación espesa formada entre otros por pinares y arbustos como el lentisco o el torvisco, además de olivos de los que colgaban singulares decorados; los lugareños se encontraban en plena cosecha de la aceituna. Llegamos finalmente otra vez al estrecho cañón, en la margen derecha del Río Mundo. Pasamos por la pedanía de Fuensanta. Los últimos tres kilómetros los recorrimos por una estrecha senda en la fresca ribera fluvial, entre chopos y cañaverales.
En esta zona pudimos observar
algunos ejemplares de cabra montés, un águila azor perdicera, además de algunas
zonas de escalada; Ayna cuenta con 20 sectores y 150 vías de escalada de
diferentes niveles de dificultad.
Al llegar al punto de
partida, el GPS marcaba 14 kilómetros recorridos en 5,5 horas y media. Algunos
del grupo comieron en la zona recreativa de La Tiñosa y el resto en el
restaurante La Toba, una antigua fábrica de esparto restaurada, donde nos
trataron con gran hospitalidad y lugar en el que nos reagrupamos todos para
comentar la jornada entre postres caseros y un café bien calentito.
Mas Fotografías de Sisco Andreu y Pablo Rueda. Pinchar en nombre.
Gracias a Pablo y Sisco por su colaboración.
Un saludo y hasta la próxima aventura.
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