Con temperatura de -1º pero con
cielo despejado, diecisiete senderistas partimos a las 8 de la mañana de la
Plaza Mayor de Fuensanta rumbo a Alarcón (Cuenca). Nos esperaba una ruta
circular de 8 kilómetros de recorrido de trazado muy fácil. Comenzamos en la Puerta de Chinchilla, abierta en la
muralla medieval que nos llevó en un pronunciado descenso hasta la Hoz del Río
Júcar y el Puente de origen romano del
Picazo. Por el lado contrario de la Hoz, entre una umbría todavía con
escarcha, subimos una corta pendiente aunque exigente hasta llevarnos a una
zona llana y elevada donde pudimos apreciar una impresionante panorámica de la
ciudad con sus edificios históricos más representativos y la espectacularidad
del cañón escavado por el río Júcar.
Después de algo más de dos kilómetros
andando entre campos de cereal y encinares el camino desciende entre miradores desde lo que podemos
disfrutar del espectáculo del entorno del río en donde nos hacemos las fotos de
grupo. La temperatura comienza a subir y las diversas capas de ropa que llevamos comienzan a sobrarnos.
Llegamos a un collado en donde la naturaleza y la historia se unen en una
profunda armonía con la Torre de Cañavate enfrente de nosotros.
En este
hermoso lugar almorzamos. Se agradece el café calentito que nos ofrece Mª.
Reme. Aquí, Santi, en lo alto de la muralla medieval, emula ser el
reconquistador de las huestes cristianas. El camino, en un ligero descenso es
flanqueado por sendos cañones que forman el río Júcar. Al sur tenemos una
panorámica de la población con el castillo de la antigua alcazaba en todo lo
alto y al norte, en un promontorio, la Torre de Alarconcillos.
Santi nos
muestra su maestría artesana, con la fabricación de una honda de esparto en apenas unos minutos. Desde el puente de Tébar, el último tramo del recorrido la hacemos en
el interior de la Hoz de Alarcón, entre arbolado de chopos tapizados de hiedra
y pinares; abrigados por los paredones en los que se aprecia los anclajes o
clavos colocados para vías de escalada.
Cronica y Fotografia de Pablo Rueda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario